miércoles, 13 de julio de 2011

Juan Carlos Romero MEMORIA Y AUSENCIA (2011)

Muestra realizada en el Museo de Arte y Memoria de La Plata - 8/7/2011 al 8/9/2011
con curaduría de Juan Carlos Romero.


Entre la memoria social y memoria individual. A esta última se la puede definir como un acto donde cada uno cuenta la vida hacia atrás y es como una película que se proyecta en sentido contrario. A cada instante la película se detiene para que la memoria haga un esfuerzo y trate de armar los fragmentos de ese ominoso pasado.
Entonces el dolor y la angustia se hacen presentes obligando al cuerpo a soltar las emociones. El pasado cuele. El pasado duele desde las más íntimas fibras y la memoria se encarga de producir el recuerdo. La memoria es un acontecimiento que lleva a revivir el pasado desde donde quedó congelado en cada uno en su devenir. En cada circunstancia la memoria se evidencia en lugares, acciones, cosas, vestidos, gestos, papeles y otras referencias que acercan desde los recuerdos a los seres queridos desaparecidos o muertos. Así, cada historia personal se hace presente con toda la fuerza.
En esta oportunidad, cuatro artistas: María Rosa Andreotti, Oscar Elissamburu, Nélida Valdés y Javier del Olmo, son los que encaran la memoria con diversas visiones y acciones que cuentan desde la ausencia y del dolor de la pérdida.
Los tres primeros narran acerca de los destinos de los desaparecidos durante la última dictadura y el otro, Javier del Olmo, nos pone frente a las secuelas de los castigos a los partícipes de las aberraciones en los lugares de tortura y sus trágicas consecuencias: la desaparición de Julio López, principal testigo de la condena de Miguel Etchecolatz en la ciudad de La Plata. La pregunta ¿dónde está Julio López? es una letanía convocante.
María Rosa Andreotti dibuja la imagen de su hermano desaparecido con los números que van desde el 1 hasta el 30.000, un esfuerzo emotivo y un señalamiento que describe a los desaparecidos en su conjunto.
Nélida Valdés metaforiza los desaparecidos con extraños e inquietantes bultos que exigen de cada uno una reflexión acerca de la tortura y destrucción de los cuerpos.
Oscar Elissamburu lleva a los espectadores a los rastros que quedan en el piso en los lugares donde quedaron marcas de los secretos de los torturadores, ya ahora puestos en cuestión y otros donde la ausencia genera una fuerte contradicción convocando a las presencias.
Memoria y ausencia sólo pueden ser nombradas cuando se les exige que comparezcan unidas en las vidas recuperadas, que renuevan el deseo de que no se repita el trágico pasado.
Juan Carlos Romero, 2011.
texto y fotos en RAMONA: http://www.ramona.org.ar/node/37807
ver vídeo en: https://vimeo.com/26658652